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(IN)VISIBLES

28.552 personas en condición de sin hogar confluyen por el territorio español en 2022. 28.552 vidas que, para los ojos de muchos, son invisibles. Un grupo vulnerable que pasa desapercibido y que es ninguneado a diario a causa de una desatención y marginación social excluyente debido a su condición. Se trata de personas que, por una situación u otra, se quedaron sin hogar, desamparados, a la intemperie.

Teaser (IN)VISIBLES. Fuente: Baila Vini Jr


El hecho de que se den estas situaciones se debe a procesos de exclusión social que se dan en las sociedad modernas. Que haya personas viviendo en la calle es una consecuencia directa de la sociedad excluyente en la que vivimos. Una sociedad que niega oportunidades de forma constante oportunidades, que no asegura un nivel de bienestar mínimo a todos los ciudadanos y que ofrece niveles desiguales de acceso a todos los bienes, servicios y recursos sociales. A este nivel se llega cuando una persona se siente excluida de algunos de los siguientes ámbitos: económico, político-legal y social-relacional, según la Guía de Estilo para Periodistas: Mira a las personas sin Hogar. Una situación que deja en unas condiciones inhumanas a quién se ven inmersas en esta condición de persona sin hogar, pero que también dañan a la sociedad en su conjunto.


El número de personas en condición de sin hogar ha aumentado de forma significativa en los últimos 20 años en España. En el año 2005, este grupo vulnerable estaba formado por 21.900 personas, en 2012 por 22.938 y en el año actual lo conforman 28.552 personas, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre una encuesta realizada a personas sin hogar por todo el territorio nacional español.


Este mismo estudio afirma que por cada 100.000 habitantes hay 86,6 personas sin hogar de media en nuestro país. Sin embargo, y en clave Comunitat Valenciana, esta comunidad autónoma, de la que nace la base del reportaje, es la que menor tasa de personas sin hogar tiene: por cada 100.000 habitantes valencianos, 14,8 forman parte de este grupo de vulnerabilidad. Unos datos que sitúan a la Comunitat muy por debajo de la media nacional.


Sin embargo, a pesar de los datos positivos, en las calles valencianas todavía siguen viviendo y durmiendo una gran cantidad de personas en una situación de desamparo. Por tanto, nacen asociaciones y organizaciones (además del Estado), donde estas personas pernoctan y reciben ayudas para gozar de unos servicios básicos de subsistencia, que la condición de sinhogarismo les ha arrebatado.


Para ver de cerca cómo viven su día a día y qué acciones realizan para ayudar a este tipo de personas en esta condición de sin hogar, hemos contactado con dos de las principales asociaciones que operan en Valencia. Se trata de la Asociación Valenciana de Caridad, la ONG Casa Caridad y también la asociación valenciana Invisibles. Unas asociaciones de carácter voluntario que ayudan en todo lo posible a este grupo vulnerable de personas que se encuentran en esa condición de sinhogarismo.



Manuel Rozalén y Rosana Villena, voluntarios en Invisibles. Fuente: Baila Vini Jr


Primeramente, en Casa Caridad se facilitan una gran cantidad de servicios diversos para aquellos que más lo necesitan: programa de reparto de alimentos, (dónde atienden a personas con problemas económicos que no pueden cubrir todas sus necesidades básicas de alimentación), albergue social (dónde acogen a personas que no pueden costearse una estancia básica de alojamiento), comedor social, duchas, lavanderías... entre otros.


Lorena Alfaro, trabajadora de Casa Caridad, explica que actualmente ayudan a 63 personas, ya que es el aforo máximo de la organización, pero a la hora de repartir alimentos se acercan unas 1000 personas diarias aproximadamente. Alfaro comenta que esto no es una tarea fácil, sobre todo teniendo en cuenta que todos los servicios internos tienen un factor común: la intervención social.


«Todas las personas que vienen a Casa Caridad son atendidas por un trabajador social, el cual tiene la función de entrevistar a estas personas periódicamente para establecer un plan de intervención para ayudarles en su futuro, respetando sus tomas de decisión y sus tiempos», aclara Alfaro.

Por su parte, la asociación Invisibles cuenta con unos 120 voluntarios, (organizados en grupos de 20 a 30 personas), pero como explica Rosana Villena, voluntaria de la organización, para ayudar a los más necesitados es imprescindible tener una visión de trabajo colectiva, ya que tú asociación no es la única que pretende apoyar al colectivo. Manuel Rozalén, secretario de la asociación añade que saber colaborar con las demás asociaciones es la clave: «Nosotros hemos conseguido ponernos en coordinación con otras ONG y con otras entidades y gracias a ello hemos podido repartirnos las tareas para conseguir un resultado más preciso».




Los dos representantes de la organización explican que el aspecto psicológico es algo que se ha de tener muy en cuenta, ya que, al encontrarse ante una situación como está, a muchas personas les puede resultar muy complicado gestionar ciertos aspectos de la vida diaria.


Por último, resulta interesante hablar del término “sin techo”, ya que aquí las dos organizaciones tienen variedad de opiniones pero con un objetivo común: evitar esta expresión. Por un lado, Casa Caridad considera que no es una expresión incorrecta, pero mejor evitarla. Sin embargo, Invisibles opina que es una expresión que deshumaniza a los afectados. Eso sí, los representantes de ambas entidades coinciden en una cosa: ellos prefieren referirse a este colectivo como “personas en situación de sin hogar”. «Al utilizar la expresión “sin techo” le atribuyes la responsabilidad a la persona, y no siempre es así, ya que en ocasiones el sistema tiene gran parte de responsabilidad de la situación de este colectivo», explica Lorena Alfaro.



Asociación Invisibles preparándose para salir a buscar a personas en condición de deshogar. Fuente: Baila Vini Jr


Cómo material extra y para seguir tratando de cerca esta temática y a este grupo vulnerable, desde el grupo Baila Vini Jr se ha diseñado un juego interactivo para educar a toda la sociedad a la hora de tratar el lenguaje referido a estas personas en condición de sinhogarismo. Además, también queremos destacar un videojuego, Bom Simulator, un videojuego creado en el año 2021 en el que el usuario se mete en la piel de una persona de este grupo y vive en primera persona cómo es la vida de una persona sin hogar.




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